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La revisión de traducciones
12 Feb 2019

La revisión de traducciones: esa gran desconocida (II)

Tipos de revisión y perfiles de revisor

Todo revisor es (o ha sido) traductor: correcto. Todo traductor es buen revisor: incorrecto. Todo revisor es buen traductor: incorrecto.

A primera vista, se puede pensar en un perfil de revisor estándar: traductor con experiencia y experto lingüístico en su lengua materna, gran capacidad de atención al detalle, metódico, alta capacidad de concentración, etc.

Además de este perfil de revisor experimentado, nos encontramos con un perfil totalmente opuesto: traductores noveles sin experiencia y tarifas bajas que las agencias de traducción emplean como revisores. Es esta una práctica muy extendida y pone de manifiesto la importancia (o ausencia de ella) que, en ocasiones, se da al proceso de revisión.

La mayoría de las agencias de traducción cuenta con revisores en su red de contactos, no en plantilla. Únicamente las grandes empresas multinacionales se pueden permitir el lujo de contar con revisores (editores o correctores) en sus oficinas.

Lo explicado en los párrafos anteriores corresponde a una parte de la realidad en el sector. A continuación, indicamos la otra parte, menos extendida y más utópica.

Aunque existen lingüistas que hablan de hasta cuatro tipos de revisión (en función de los parámetros que se deben tener en cuenta), basándonos en las prácticas reales, podemos hablar de dos tipos claramente diferenciados:

La revisión del contenido, en la que el énfasis se pone en intentar garantizar la correcta traducción del contenido. Este tipo de revisión se corresponde normalmente con textos especializados (medicina, ingeniería), en donde es necesaria la participación de un experto en la materia. Así, hablaremos aquí de un revisor temático.

La revisión lingüística, en la que el énfasis se pone en intentar garantizar todos los aspectos relacionados con el uso del lenguaje. Este tipo de revisión se corresponde normalmente con textos de carácter general en donde no es necesario un conocimiento especializado del tema. Así, hablaremos aquí de un revisor lingüístico.

¿No existen revisores con un perfil doble? Sí, pocos y muy solicitados. ¿Qué pasa en la realidad?

  • Lo no recomendable: La revisión la realiza un traductor no experto en el tema que se trata el documento y que, sin embargo, puede contar con profundos conocimientos lingüísticos de su lengua nativa. Resultado: calidad en la redacción del texto traducido y alta probabilidad de errores de contenido y terminología.
  • Lo usual: La revisión la realiza un profesional experto en la materia (un médico o un ingeniero, por ejemplo) sin los conocimientos lingüísticos adecuados, o bien un traductor no experto en la materia. Resultado: en función del perfil de revisor empleado, la calidad de la traducción se verá menoscaba en los aspectos relativos al contenido o en aquellos meramente lingüísticos.
  • Lo ideal: La revisión la realiza un profesional de perfil doble, experto en el campo y con altos conocimientos lingüísticos. Resultado: calidad máxima.

Hay que recordar que a la fase de revisión debe seguir la de corrección, en la que deben corregirse (o mejorarse) los posibles errores lingüísticos. Una alternativa extendida consiste en realizar una revisión temática y una corrección lingüística.

Las alternativas son muchas y dependerán de factores como los recursos disponibles, los requisitos del cliente, los plazos, el presupuesto, etc. Algunas agencias prefieren la secuencia traductor-revisor lingüístico-corrector temático, mientras que otras prefieren la de traductor-revisor temático-corrector lingüístico.

Grados de revisión

Cuando por motivos de plazo, presupuesto, etc., no se pueda llevar a cabo la fase completa de revisión, la agencia puede optar por varias alternativas, asumiendo obviamente grandes riesgos:

  • Lectura completa del texto traducido: de esta manera se puede garantizar por completo la fluidez y corrección del texto traducido, pero se garantiza que se detecten errores de traducción, omisiones, etc.  
  • Revisión parcial: ya sea revisando una parte del texto traducido (muestras) o centrándose únicamente en la parte del contenido (revisión temática) o en la parte lingüística (revisión lingüística).

Conclusiones

Como hemos puesto de manifiesto en el artículo, existe un gran desconocimiento de la práctica de la revisión entre los actores que intervienen en el sector de la traducción.

A través de estas líneas hemos pretendido arrojar un poco de luz sobre la importancia de esta fase para garantizar la calidad en las traducciones, especialmente en proyectos de traducción de gran volumen.

La implementación de la fase de revisión, además de la de corrección, dependerá de muchos factores, entre ellos: la disponibilidad de profesionales preparados, los requisitos del cliente, el encargo de traducción, los plazos y el presupuesto.  Asimismo, existe una enorme diversidad en lo que se refiere a los sistemas de calidad empleados por las agencias de traducción.

Desde aquí, defendemos y apoyamos el uso de la fase de revisión como parte inherente del proceso de traducción, sin perder de vista los requisitos específicos de cada cliente o proyecto.